Silencio estratégico, una fórmula para enfrentar la desinformación

La más reciente encuesta sobre libertad de expresión y acceso a la información realizada por el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB), reveló las cifras relacionadas con el ejercicio periodístico en el país. Uno de los resultados a los que vale la pena ponerle la lupa es el que está relacionado con el silencio informativo como una estrategia para enfrentar la desinformación.

Según la encuesta, de los 585 periodistas consultados, el 62% reconoce que asume esta postura y de ellos el 61% indica que así se puede contrarrestar las noticias falsas, rumores y otro tipo de desinformación. Sin duda, el silencio es un escudo. Sirve para blindarse y es un gran aliado de la sabiduría. Evita, al menos en este oficio, dar pasos en falsos y la rectificación. Por eso, este silencio estratégico de los periodistas consultados lo respaldo. Callar es de sabios.

Y aunque parezca desacertado utilizar el término ‘callar’ en el marco del aniversario número 30 de la Libertad de Prensa, es importante entender la razón por la cual los periodistas lo hacen. Según la encuesta, el motivo son las noticias falsas y su deseo de combatirlas. Seamos claros, la digitalización ha traído un sinnúmero de beneficios, pero también la posibilidad de propagar las noticias falsas rápidamente gracias a la inmediatez que pueden generar presión en quienes ejercen el periodismo.

En una sala de redacción siempre habrá un momento en el que se escuche a alguien decir: “hay que salir ya, nos van a chivear, ya lo sacó otro medio”; lo importante es que cuando se esté bajo esa presión, surja una voz sensata que diga: ‘esperen. Primero verifiquemos’. En este caso, implicará callar, al menos por unos minutos, horas o quizá para siempre si no se logra esa verificación. En el periodismo es mejor dar un paso con la plena seguridad de que no nos iremos al vacío, que un paso incierto que nos haga caer en el abismo de las noticias falsas.

Que sea este día 3 de mayo una fecha para reflexionar acerca del silencio que sí vale la pena, cuando de libertad de prensa se trata.