De la extinción a la vida: El regreso del "lobo terrible" y el futuro de la genética en la ciencia

Tania León Cadena
Periodista
Abril 23, 2025
Actualidad
Este logro fue posible gracias a técnicas de biotecnología avanzada, al insertar ADN fósil en células de lobos grises modernos.
Investigadores de la empresa Colossal Biosciences, con sede en Austin, Texas, anunciaron la creación de tres ejemplares vivos que replican las características del lobo terrible prehistórico (Aenocyon dirus), una especie extinta hace más de 12.500 años al final del Pleistoceno. Este avance fue posible gracias a la edición genética, que permitió insertar secuencias de ADN fósil en células somáticas de lobos grises modernos. El resultado, aunque no idéntico al original, busca aproximarse al fenotipo de esta criatura prehistórica. La noticia ha despertado interés tanto en la comunidad científica como en el público general, en parte por su conexión con el imaginario popular de criaturas como los huargos de Juego de Tronos, inspirados en estos antiguos depredadores.
Desde el punto de vista evolutivo, el lobo terrible prehistórico no era simplemente una versión más grande del lobo actual. Los estudios genómicos indican que se trataba de una especie con una genética distinta, adaptada a las condiciones de su época y a sus presas. Las crías obtenidas Rómulo, Remo y Khaleesi, esta última bautizada como un guiño a la cultura popular, presentan características físicas que recuerdan a su ancestro, como una mayor densidad ósea, un tamaño corporal superior al de los cánidos modernos y un pelaje más grueso. A pesar de estos avances, la comunidad científica está dividida: mientras algunos celebran este logro como un avance en la biotecnología, otros lo ven como una forma de "ingeniería simbólica", sin equivalencia funcional con el animal que una vez existió. Dentro de los avances que se puede deducir es que la clonación genética.
Desde la bioética y la conservación, este avance plantea interrogantes sobre la justificación de la manipulación genética para la restauración ecológica y científica. Natalia Daza, docente Asociada en la Universidad Ean y Ph.D. en Proyectos, cuenta con 19 años de experiencia en sostenibilidad integral y territorial. En su análisis, reflexiona sobre los avances técnicos y las implicaciones ecológicas, filosóficas y sociales de intentar revivir especies extintas.
En términos de restauración ecológica, ¿hasta qué punto puede considerarse viable la reintroducción de especies extintas mediante la biotecnología? ¿Existen riesgos ecológicos asociados a este tipo de intervenciones?
Considerarse viable la reintroducción gracias a los avances de la biotecnología, si, es posible que eso ocurra, sin embargo, el riesgo es demasiado alto y negativo, porque se alternan las relaciones coevolutivas que han tardado miles de años en estructurarse; los ecosistemas naturales tienen equilibrios casi perfectos a treves de sus relaciones intra e interespecíficas, como la simbiosis y la depredación. Esta introducción de grandes depredadores sería un gran atropello hacia la Biodiversidad.
Desde una perspectiva ética, ¿cómo podemos justificar la manipulación genética de especies extintas como el lobo terrible? ¿Cuáles son los límites de esta intervención en la naturaleza?
Gran pregunta para la humanidad: en este momento, nuestro desarrollo tecnológico no puede superar a nuestro desarrollo ético. Si eso ocurriera, sería fatal no solo para la humanidad, sino también para el equilibrio de toda la biosfera.
Hoy tenemos las herramientas y el conocimiento para, por ejemplo, revivir un T-rex. Pero la verdadera pregunta es:
¿tenemos el derecho de alterar dinámicas coevolutivas que le costaron millones de años al planeta, y de las cuales nosotros mismos somos producto?
Porque la tecnología sin ética no es un ejercicio sostenible, ni mucho menos inteligente.
¿Cuál es el papel de la bioética en estos avances científicos? ¿Cómo deberían las instituciones científicas abordar las implicaciones morales de revivir especies extintas?
En el caso de la revivificación de especies extintas, su papel es fundamental para ayudar a delimitar lo que es técnicamente posible de lo que es moralmente aceptable. No se trata solo de preguntarnos “¿podemos hacerlo?”, sino “¿debemos hacerlo?” y, aún más profundamente, “¿para qué y para quién lo hacemos?”
Además, cuestiona las motivaciones detrás de la tecnología, como conservación, espectáculo o poder. Las instituciones deben aplicar el principio de precaución y establecer protocolos legislados para evitar riesgos ecológicos, sociales y morales.
Desde una óptica filosófica, ¿cómo influye la posibilidad de resucitar especies extintas en nuestra comprensión del equilibrio natural y de la relación del ser humano con el medio ambiente?
Desde una óptica filosófica, la posibilidad de “resucitar” especies extintas no solo desafía nuestras capacidades técnicas, sino que sacude profundamente nuestra comprensión del equilibrio natural y del lugar que ocupamos en él.
Para Timothy Morton, uno de los principales filósofos modernos, el ser humano ya no puede concebirse como un agente externo a la naturaleza. En su concepto de “ecología oscura” (dark ecology), Morton nos recuerda que vivimos en una era donde la distinción entre lo natural y lo artificial se ha desdibujado. Resucitar especies extintas —como si el ecosistema fuese un catálogo donde se puede “deshacer” una extinción— es, según esta visión, una forma más del antropocentrismo disfrazado de conservación.
“Lo natural ya no es algo exterior a nosotros, y nuestras acciones están inextricablemente ligadas al devenir del planeta” — Timothy Morton, Dark Ecology.
Este tipo de proyectos también genera un debate social: ¿Qué impacto tiene la manipulación genética de especies extintas en la percepción pública de la ciencia? ¿Cómo podemos gestionar las expectativas y preocupaciones de la sociedad frente a estos avances?
Desde el ego, esta clase de proyectos muchas veces responde a una fantasía de control total sobre la vida, donde la ciencia ya no observa la naturaleza, sino que la reescribe. El acto de traer de vuelta a una especie no es solo técnico, es simbólico: nos ubica, ilusoriamente, en un rol casi divino, como si pudiéramos redimir nuestros errores pasados a través de un acto de poder.
Este tipo de avances genera un debate social inevitable:
¿Es esta la ciencia que el mundo necesita?
¿Se trata de salvar al planeta o de alimentar una narrativa de supremacía tecnológica?
Por un lado, muchas personas ven en estos proyectos una promesa de reparación ambiental. Por otro, hay un creciente escepticismo hacia una ciencia que parece más interesada en el espectáculo biotecnológico que en resolver las crisis urgentes del presente.
Otras entradas del mismo autor
Los contenidos que aparecen en la sección BLOG no representan la opinión, ni compromete el pensamiento de la Universidad Ean. Cada bloguero se hace responsable por las opiniones, contenidos y en general de todas las entradas de información como citas, videos, imágenes u otros vínculos que usted encuentre dentro de esta sección. Si considera que el editor de un blog está escribiendo un contenido que represente un abuso, escríbanos al correo contenidos@universidadean.edu.co
Chat
¡Chatea con E-Ann!
Atención en línea
Whatsapp