Día del Orgullo LGBTIQ+, un día para recordar la lucha por nuestros derechos y que continúa

Antes de escribir estas líneas en honor a la reivindicación de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, quiero hacer una reflexión sobre el comportamiento de los colombianos, y me atrevo a decir que también de los latinoamericanos, que no comprenden muy bien este concepto. Muchas personas discriminan sin comprender que ser homosexual, o de cualquier otra orientación, es una decisión personal que ha costado muchas luchas a las personas diversas. Te invito a conocer por qué se conmemora el Día del Orgullo Gay.

Hay que partir por explicar que el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ representa a quienes nos identificamos como lesbiana, gay, bisexual, transexual, intersexual o queer, entre otras identidades, y a quienes sin pertenecer a la comunidad apoyan nuestras luchas. Pero ¿por qué se celebra este día? Todo empieza en 1969 cuando un grupo de personas de la comunidad LGBTIQ+ causaron una revuelta debido a los abusos cometidos por la policía en un reconocido bar, Stonewall Inn, ubicado en Nueva York, Estados Unidos. Este suceso marcaría el inicio de la lucha por nuestros derechos en la época moderna.

Pioneras del Orgullo LGBTIQ+

A partir de ese suceso, las activistas Marsha P. Johnson, Miss Major Griffin – Gracy y Stormé Delarverie fueron pioneras en la creación de un movimiento de Frente de Liberación Gay contra la opresión de las fuerzas militares y el levantamiento de Stonewall.

Entonces, cada 28 de junio se celebra este acto memorable con una serie de eventos que los distintos colectivos realizan públicamente para continuar la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas diversas, como lo relata la ONG Colombia Diversa.

"Desde el siglo IV los greco-romanos tenían ya relaciones sexoafectivas entre personas del mismo sexo, como es el caso de Alejandro Magno con su gran amor, el comandante Hefestión, quién era un luchador y su amante de la época".

Revisando esta línea histórica me doy cuenta de que la diversidad sexual y de género viene abriéndose paso desde hace 53 años por todos los derechos que debemos tener y los cuales nos han sido negados.

Años atrás, 11 exactamente, me preguntaba por qué había tanta discriminación y odio hacia nosotros, a lo que me respondí que la sociedad no estaba lista para estructurar una nueva orientación sexual, que no viene de ahora, sino que desde el siglo IV los greco-romanos tenían ya relaciones sexoafectivas entre personas del mismo sexo, como es el caso de Alejandro Magno con su gran amor, el comandante Hefestión, quién era un luchador y su amante de la época. Con esto, podemos entender que el gusto por el mismo sexo no es algo de ahora, data de hace mucho y nos recuerda que no es ningún delito.

En la actualidad, en muchos países del mundo, como en oriente medio, la diversidad sexual es perseguida y criminalizada por las leyes y las autoridades. En contraste, también hay varios países en los que ya ha sido aceptada la diversidad a nivel estatal, como en los países occidentales. No obstante, en términos generales, la sociedad sigue estando muy lejos de aceptar una realidad que debió ser normalizada desde hace mucho.

Colombia y su progreso por la igualdad LGBTIQ+

En Colombia, el reto ha sido mucho más grande, pues este es un país conservador y que está dividido por diferentes ideologías, haciendo que el trabajo sea más arduo. Aquí todavía no podemos hablar en pasado, sino en presente, debido a que la lucha es más constante para alcanzar esta reivindicación de todos los colombianos diversos. De hecho, recordaré algunas de las victorias y los escándalos que han marcado al país y que dan muestra del gran camino que queda por recorrer. El término homosexual vino a acuñarse en 1971, cuando el escritor manizaleño Octavio Giraldo Neira, sexólogo de profesión, escribió textos pioneros sobre la homosexualidad masculina en Colombia, lo cual generó un gran revuelo. En contraste, un año después, en Bogotá, se abrieron espacios de socialización donde asisten principalmente hombres gais de manera clandestina como Arlequín, El Farol y Yango, en busca de crear una ruta de salvación.

Siguiendo con hechos memorables, que a mi parecer son los más destacados y mediáticos, en 1988, las actrices Margarita Rosa de Francisco y Amparo Grisales se dieron un beso lésbico en la televisión nacional, en la novela Los Pecados de Inés de Hinojosa, dirigida por Jorge Alí Triana, lo que marcó un antes y un después de la era gay en nuestro país.

Finalizo con el acontecimiento más importante: en 1991 la nueva constitución política de Colombia promulgó en su artículo 13 lo siguiente: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica”, el cual ha dado pluralidad y ha permitido que la corte constitucional y el gobierno nacional nos acepten como personas diversas y con derechos como cualquier otra, como debe ser.

Concluyo señalando que los homosexuales, como yo, somos luz y nos diferenciamos por el arcoíris que llevamos por dentro y por fuera. ¡Ni un paso atrás, compañeros, compañeras y compañeres!