Para nadie es un secreto que el mundo está experimentando cambios ambientales y climáticos. Constantemente vemos movimientos y acciones enfocadas a intervenir las consecuencias causadas por el cambio climático o, en su defecto, acciones que logren detener el desmejoramiento y evitar su avance. Ahora, solo pensando en el campo de la cultura, también podemos notar que algunas de sus prácticas no son sostenibles. Sin embargo, hay una característica que tiene este sector: su poder resiliente. Entonces, ¿qué acciones se podrían emprender para reformar las prácticas culturales? A esta pregunta llegamos a través del I Foro Internacional Respira el arte, foro que busca, fusionando varios puntos de vista, abrir espacio a un diálogo sobre temas de innovación urbana, creación, producción y circulación artística sustentables, encaminado al intercambio de ideas, experiencias y prácticas exitosas, para así implementarlas en Bogotá.
El foro contaba con una sesión llamada La Jornada de Imaginación, que fue dividida en dos partes. En esta jornada, varios centros culturales de la ciudad, dispusieron de un espacio para dialogar cambios y propuestas, para hacer estas prácticas artísticas mucho más sustentables. Aquí hablaremos específicamente sobre la jornada preparada por el teatro Jorge Eliecer Gaitán. Esta actividad, contó aproximadamente con la asistencia de 11 personas ambos días. En la primera sesión, tuvimos la oportunidad de conocer, mediante herramientas digitales, las instalaciones del teatro, permitiéndonos un mejor ejercicio para la creación imaginaria de nuevas alternativas. En esta jornada, las actividades propuestas permitieron aflorar la imaginación de cada uno de nosotros en ideas de potenciales cambios para el teatro en materia de sostenibilidad. Proseguimos en la categorización de estos sueños según cuatro líneas de acción, energías renovables, creación consciente, involucramiento ciudadano, otras propuestas. Ver todas esas buenas ideas nos motivó para, al siguiente día, seguir aportando ideas, pero ahora aterrizándolas. Esto no fue tarea fácil ya que es frecuente no ser demasiado ambicioso. Sin embargo, el apoyo de los organizadores y los aportes de todos los asistentes hicieron posible el nacimiento de iniciativas creativas para poner en marcha el plan. Así, lo que se hizo para cada línea de acción fue enfocarnos en las posibles soluciones para hacer los sueños realidad y visionar los posibles aliados estratégicos.
Después del aterrizaje de temáticas, para un mejor ejercicio de planeación, proyectamos nuestras ideas según periodos anuales hasta el 2023. Este ejercicio no solo sirvió para pensar en toda la planeación necesaria, sino también para ver que los sueños eran efectivamente viables. Desde mi perspectiva personal, el sentarme desde la distancia con un grupo de personas tan diverso, pero tan activo, me animó a pensar en cómo las prácticas culturales que se vienen desarrollando en Bogotá desde hace tanto tiempo pueden ser renovadas. Es reconfortante ver que el propósito de esto no es cambiar la esencia de las prácticas culturales, sino reformarlas para que estas no solo sean amigables con el medio ambiente, sino sustentables.
Todas las jornadas este foro, y en especial las propuestas por el Teatro Jorge Eliecer Gaitán, fueron determinantes para traer al escenario bogotano ideas de cultura sostenible, haciendo de este otro esfuerzo más como contribución al compromiso global de revertir o frenar los cambios climáticos. Aunque de los presentes pocos tuviéramos conocimiento del tema en cuestión, todas las ideas propuestas fueron impactantes, esto nos dejó ver que muchas veces que el conocimiento no determina el deseo por preservar lo que amamos: nuestro hogar La Tierra.
