Durante las jornadas académicas del BIME Bilbao 2023 se presentaron varias conversaciones entorno a la sostenibilidad y a la industria musical; una de ellas fue “De la concienciación a la acción medioambiental: educación e industria aliadas para un cambio sistémico” en donde Brigitte Baptiste fue moderadora y participaron como ponentes Marjorie Nétange directora de Desarrollo y Comunicación de la Escuela Superior de Música Reina Sofia y a Federico Hernández, director asociado de HarrisonParrott, agencia de música clásica.
Hablar de sostenibilidad implica hablar de concienciación y más aún, de acciones específicas que se están tomando en la actualidad; según Marjorie, en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, son los propios jóvenes los que están impulsando el cambio. Según El Futuro es Clima, estudio realizado en España, el 82% de jóvenes españoles sufren o han sufrido de eco ansiedad e indica que la conciencia medioambiental entre los jóvenes, es 20 puntos mayor que la de la generación anterior.
Estas preocupaciones se ven reflejadas y generan conversaciones en todos los campos, sin exceptuar al musical; un ejemplo de esto es que cada vez hay más jóvenes músicos que proponen realizar proyectos encaminados a lo medioambiental en el marco del programa de emprendimiento e innovación de la Escuela Reina Sofía. Uno de estos proyectos es The Sound of Recycling un espectáculo multidiciplinar que combina la danza y la música para la concienciación medioambiental.
A su vez, la Escuela Superior de Música Reina Sofia creó el programa Green Music and Entreprenuship, espacio que le apuesta a la promoción de iniciativas que involucren esa sinergia entre la música y lo medioambiental; cuenta con 3 grandes ejes que son, la concienciación, la formación y el llamado a la acción. En su primer eje, la escuela quiso medir su impacto mediante la medición de la huella de carbono, ésta resultó en 290 toneladas equivalentes en C02 que incluyen los alcances 1 (consumo de combustibles fósiles), 2 (consumo de energía eléctrica) y el tres (viajes, proveedores) y realizó La Semana Verde, en donde se realizó un reto diario en acciones medioambientales.
En el ámbito de la formación, crearon un módulo de información para los músicos en donde vinculan el modelo de desarrollo de negocio con una guía de sostenibilidad ambiental para músicos emprendedores, y por último, en el paso a la acción, la escuela publicó una convocatoria abierta para la selección de proyectos, para posteriormente apoyar en su financiamiento y mentoría especializada.
En HarrisonParrott, oficina española, las acciones vienen desde adentro de la empresa, en donde el fundador Jasper Parrott, comenzó a reflexionar sobre el cambio climático. Desde el 2019 en la agencia se realizó una completa transformación sobre cómo ver el trabajo de manera sostenible, implementando el teletrabajo, formas de llegar de manera sostenible a la oficina y reducir a 0 el uso del papel. Además de esto, desde la Fundación HarrisonParrott se trabaja en los ejes de la educación y la reducción de desigualdades alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La agencia desarrolló un proyecto musical que acompaña la exposición AMAZÔNIA de Sebastião Salgado, fotógrafo brasileño que actualmente cuenta con esta exposición en Madrid. Con la compañía de la banda sonora de Jean-Michael Jarre, esta explosión sobre la selva amazónica, sus tribus y saberes se complementa con sonidos y ambientes musicales, en donde, a su vez, los músicos a su vez han comenzado a comunicar desde su arte dicha conciencia ecológica.
¿Y qué viene para el futuro?
Según Marjorie viene la regulación, para que cada vez haya más obligaciones y beneficios para las empresas que aporten en sus acciones al medio ambiente: “Se está preparando y yo creo que es para el 2025 a nivel europeo, la obligación para todas las empresas de más de 50 empleados de medir su huella de carbono y acompañarla de un plan de reducción de las emisiones”
A su vez comenta Marjorie que hace falta medir, pero también hace falta comparar dichas mediciones de la huella de carbono con otras empresas, escuelas y agentes, para así, poder analizar de igual manera entre pares.
Por otra parte, Federico le apuesta a la eficiencia en lo local: “uno de los grandes costes en el tema ecológico en la música clásica son las orquestas en gira, como hablaba Maryorie, estamos hablando de 120 personas viajando... yo pienso que tenemos que ser eficientes”
Dicha eficiencia se traduce en reducir los viajes internacionales, apostarle y fortalecer el talento local; buscar sentido a cada desplazamiento para que así se pueda aportar de manera sistémica.
Así como en esta conversación en donde dos actores de la industria musical que aportan desde su área (la educación y la vida laboral del artista) comparten objetivos en pro de la sostenibilidad ambiental, social y empresarial, es necesario que cada vez más eslabones se sigan sumando a estas iniciativas dentro de la industria. A su vez, este ejemplo de puede extrapolar a conversaciones en otras áreas del entorno artístico y cultural buscando más allá de la concienciación, acciones claras para un presente más sostenible.
*María José Céspedes es estudiante de Estudios y gestión cultural en la Universidad Ean y redactora en Catarsis.
