Cradle to Cradle®, nuevo modelo de desarrollo

Desde mitad del siglo pasado, el modelo de desarrollo del mundo se ha basado en el consumo como motor de las economías. Ahora bien, si tuviéramos un planeta con recursos naturales ilimitados, no habría inconveniente con que cada vez consumiéramos más y las empresas produjeran en mayor cantidad a partir de dichos recursos. De hecho, este es el principio de la economía lineal:  extraer recursos naturales, transformarlos, usarlos y luego desecharlos como residuos sin valor.

La Economía Circular busca proteger el valor de esos recursos, permitiendo que no sean desechados sino, por el contrario, reincorporados a procesos productivos técnicos o biológicos, tal y como ocurre en la naturaleza con cualquier excedente biológico de una planta o animal. Tomemos un ejemplo: la manzana; una vez consumida, sus semillas y otras partes no comestibles se reincorporan bien por naturaleza o bien por el metabolismo de los animales, y se convierten en nutrientes para nuevas plantas. Esto es lo que podemos llamar productos diseñados (en el caso de la manzana, por la naturaleza) ‘de la cuna a la cuna’ (Cradle to Cradle®).

De esta forma, en los últimos años múltiples sectores productivos y de servicios vienen incorporando la filosofía de Economía Circular y la corriente Cradle to Cradle® para transformar sus procesos y hacer productos que no generen residuos sino que, por el contrario, permitan la valorización continua de los recursos utilizados durante su elaboración. Ya hay múltiples ejemplos alrededor del mundo de productos tan diversos como sillas, jabones, mesas, etc., que han sufrido un proceso de rediseño e innovación y que ahora les apuestan a insumos no contaminantes; procesos que cuidan el ambiente y la salud de los trabajadores; y a actividades que son responsables con el uso del agua y con el empleo de energías alternativas; son productos diseñados de forma que todos los componentes pueden ser incorporados a nuevos ciclos productivos.

Todo lo anterior termina siendo un camino largo, pero muy positivo para las actividades que deciden incorporar esas filosofías. Un ejemplo es el edificio Ean Legacy, de la Universidad Ean, que desde su diseño incorpora el uso de materiales con un alto componente de sostenibilidad y sustancias seguras no solo para la construcción, sino para los futuros estudiantes y visitantes. Así mismo, se caracterizará por exteriores modulares que son adaptables y evolutivos; uso intensivo de luz solar, aire natural y agua lluvia, y una nueva terraza verde (adicional al Canopy urbano existente en la actualidad) para contribuir a la generación de ecosistemas urbanos. Construir este edificio único en Latinoamérica no será una labor sencilla, pero es un vivo ejemplo del interés de trabajar más y mejor pensando en Economía Circular.

El Ean Legacy, al igual que el ejemplo de la manzana que puede ser alimento, abono biológico para otras plantas e incluso semilla para el desarrollo de nuevas generaciones después de su consumo, hace parte de una nueva generación de productos (y organizaciones) que buscan emular el uso racional de los recursos, con el reto de ser parte de este nuevo paradigma mundial gde desarrollo.