Ponga el huevo, pero no deje que lo cacareen otros
Omar Alonso Patiño
Director del Departamento de Gestión y Organizaciones – Universidad Ean
Mayo 7, 2018
Actualidad
En el refranero popular se encuentra tanta sabiduría, que muy pocas veces podemos decir que lo que en él se lee no es cierto; por el contrario, se reitera lo que padres y abuelos repetían y que aún hoy se aplican perfectamente a diversos momentos de la vida.
Hoy quiero recordar tan solo uno de ellos, tal vez porque refleja de manera fidedigna lo que sucede con nuestra sociedad, en nuestro entorno, con nuestros cercanos, pero también con nuestros lejanos: “No solo hay que poner el huevo, también hay que cacarearlo”.
Cual gallina de finca, toca cacarear, es la moda, es la forma de hacerse visible, es la manera como se logran los créditos que no se asocian necesariamente con el cumplimiento del deber, sino con la difusión de ellos. Esta reflexión me pone de inmediato en el campo empresarial y me obliga a describir distintos tipos de personas que asumen posiciones claras frente a lo que debe ser su visibilidad en una organización.
“En las organizaciones, cual gallina de finca, toca cacarear; es la manera como se logran los créditos que no se asocian necesariamente con el cumplimiento del deber, sino con la difusión de ellos“.
Tal vez usted se vea reflejado en alguna descripción y se identifique con ella, así no lo quiera aceptar… al fin y al cabo, hay cosas que no nos gustan de nosotros y que quisiéramos no ver.
En las empresas hay personas que trabajan mucho, que se esmeran, que permanentemente están desarrollando acciones que generan productividad, y nada más meritorio que ello. En este caso existen dos opciones: la primera de ellas es que se le cuente al mundo lo que se ha hecho y se obtenga un merecido reconocimiento por ello; en este caso, la gallina ha cacareado el huevo que ha puesto, no importa si es grande o pequeño, y con tal intensidad que el resto del gallinero se entera de su logro.
La segunda opción es que la persona no haga gran despliegue de su logro, así este sea muy grande; en este caso, la gallina no lo cacarea, simplemente el huevo está en el nido y el granjero lo recoge, muchas veces ignorando la gallina que lo ha puesto.
“Cuando la gallina no cacarea, simplemente el huevo está en el nido y el granjero lo recoge, muchas veces ignorando la gallina que lo ha puesto”.
También existe la persona que ve que otra ha hecho algo, no importa qué tan impactante, y que, en vista de que no lo ha divulgado, tiene la oportunidad de oro para hacerlo en nombre propio. Ahí está la gallina que cacarea el huevo de todas las que no lo hacen, de tal suerte que el granjero queda convencido de que todos los huevos son puestos por la gallina ruidosa.
Desafortunadamente, esto lo vivimos a diario en las organizaciones, y sería bueno tomar medidas. Si usted logra algo, haga que su jefe y sus compañeros lo vean como lo que es: un mérito suyo. Por supuesto, en su justa medida y dependiendo el nivel del mismo. No lo deje en manos de su jefe, usted no sabe si a él le importe quién puso el huevo.
Cacaree, poquito o mucho, ¡pero siempre cacaree!
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