La epidemia del desempleo
Alexander Correa
Docente de la Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas
Noviembre 17, 2021
Actualidad
La visión convencional entre economistas es que el desempleo es una falla o una característica de mercado. La primera surge de imperfecciones como la rigidez salarial, las fricciones de búsqueda o los problemas de emparejamiento. La segunda es una comparación de las condiciones macroeconómicas como la tasa natural, que surge de las fuerzas del mercado. La globalización, la automatización y la perdida de trabajos en el sector manufactura se consideran parte de la inevitabilidad del problema. El consenso general es que algunos niveles de desempleo, posiblemente en aumento, siempre estarán con nosotros.
Alternativamente, se podría considerar el desempleo como un artefacto del proceso de mercado moderno y del diseño de la política que no se puede evitar, ya que la teoría convencional lo trata de esta manera, y las respuestas de política no están dirigidas a erradicarlo. Como consecuencia, el desempleo se ha vuelto persistente, pervasivo y pernicioso, a tal punto que ha infringido los altos costos directos e indirectos de la economía y la vida de los individuos. El punto es que el desempleo se comporta como una enfermedad y debería ser enfrentado como tal.
"Se podría considerar el desempleo como un artefacto del proceso de mercado moderno y del diseño de la política, pero que no se puede evitar; ya que la teoría convencional lo trata de esta manera, las respuestas de política no están dirigidas a erradicarlo"
En realidad, el desempleo se debería ver como una enfermedad infecciosa, un virus que afecta a Colombia, o como una pandemia. Visto de este modo, es importante enfocarse en su mecanismo de transmisión, su comportamiento macroeconómico y su impacto socioeconómico. Con esta idea en mente, se debería tener un cambio fundamental en cómo la política económica y pública lo aborda, hacía una aproximación que se base en la preparación y en la prevención.
Existen tres características de una epidemia: el patrón y la recurrencia, sujetos a “condiciones favorables”; la virulencia y el impacto sobre el anfitrión. Estas características se asemejan al comportamiento y costos del desempleo. Primero, una epidemia desarrolla un patrón de flujo que se repite periódicamente en áreas con condiciones propicias, ya que la política pública no está diseñada para erradicarlo y tolerar un alto nivel en áreas sensibles. Segundo, una epidemia tiene una manifestación geográfica distinta y una virulencia creciente.
Es común ver que el desempleo se contagie entre comunidades a partir de un pico inicial. Por ello, uno de los objetivos de la política debería evitar la transmisión del desempleo del centro a la periferia. Las epidemias causan cambios en la susceptibilidad del portador al agente infeccioso, con respecto al desempleo, esto significa que aquellos que experimentan periodos de desempleo cargan con sus consecuencias por varios años. Estos incluyen, pero no están limitados a menores sueldos, el deterioro de la salud y la pérdida permanente de ingreso y de capital.
¿Cómo se pueden diseñar políticas públicas que aborden las tres características de una epidemia – patrón, contagio e impacto- sobre el desempleado y la economía?
Los epidemiólogos hablan de una aproximación de tres pasos para enfrentar una epidemia: identificación, contención e inoculación. El primer paso consiste en identificar los orígenes del agente infeccioso, en el caso del desempleo consistiría en desarrollar datos sobre despidos masivos y reportes sobre las zonas sensibles que experimentan altos niveles de desempleo en el ámbito nacional, departamental y municipal. El segundo paso consiste en examinar los mecanismos de transmisión y propagación, para diseñar métodos de contención. Para este fin, un estudio espacial del desempleo puede resultar útil si se mapea con variables socioeconómicas como el acceso limitado a alimentación decente, la vivienda, la educación, los servicios de salud y el transporte, y para identificar métodos para abordar estos problemas. El último paso involucra el diseño de intervenciones que presenten dos características: preparación y prevención.
Cuando se enfrenta una epidemia, la preparación y la prevención son esenciales. Por ejemplo, el Ministerio de Salud tiene un protocolo de respuesta listo y detallado en caso de un brote epidémico. De manera similar, una garantía de trabajo es un tipo de respuesta de preparación que consiste en proporcionar oportunidades de trabajo para aquellos que deseen trabajar cuando lo necesiten. Por diseño, la garantía de trabajo mantendrá la reserva de ciertos tipos y lugares de trabajo que se puedan acomodar a los nuevos entrantes y que puedan ser abandonados sin problemas mayores en el caso de que los participantes encuentren mejores alternativas de empleo. En términos de prevención se pueden desarrollar políticas que prevengan que el desempleo se acelere rápidamente en zonas vulnerables.
Tener medidas de preparación y prevención no solamente reducirá los costos del desempleo, sino que proporcionará un efecto multiplicador positivo que surge de un mejor resultado social, mayor capital humano y una mayor provisión de bienes públicos.
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