Niños de Cazucá reconstruyen tejido social gracias a una eanista
Septiembre 28, 2017
“Reconciliación significa perdonar, volver a ser amigos y no pelear con los demás… Algunos días eso es difícil”, dice Daniel Leyva, de 11 años. Esa es, quizá, la definición más simple, pero a la vez más profunda, que nos puede regalar un niño sobre esa palabra tan sonada en los últimos meses en nuestro país.
Como Daniel, otros 40 niños de Cazucá –justo allí donde termina Bogotá y empieza Soacha– aprendieron, a través del arte y la cultura, sobre la importancia de la reconstrucción del tejido social y la necesidad de la exploración de los sentidos en ese gran cometido. Estos pequeños (de edades entre los 4 y los 12 años) se reconciliaron con los demás, con su territorio –tan deprimido como sabemos–, con el medioambiente y con ellos mismos; lo hicieron a su manera, y eso fue lo más valioso.
Se trata de Museo Efímero, un proyecto ideado por la Corporación Embodying Reconciliation - Cuerpos para la Reconciliación, con el que se pretende abrir espacios de participación e interacción en las comunidades más vulnerables, y enseñarles del valor de la memoria dentro de una sociedad.
Durante seis sábados seguidos, en la parte más alta de una montaña árida y agonizante a causa de la deforestación y de la actividad de las canteras, se reunieron en un colorido salón –al que llaman ‘la casita de bienestar’–los pequeños del barrio El Arroyo, para compartir un tiempo en comunidad.
“Aprendí a cuidar la naturaleza, a dibujar y a pintar”, dice Valery Cavieres, de seis años de edad. Kevin Gutiérrez, también de seis años, asegura que lo más divertido fue “conocer nuevos amigos, leer cuentos y compartir”.
Cazucá es el segundo territorio en el que se desarrolla Museo Efímero. Antes, y por primera vez, fue llevado a cabo en el municipio de Galeras (Sucre); el éxito en aquella oportunidad permitió darle continuidad a este proyecto.
Más allá del acuerdo de paz
Lucía Martínez, quien está por finalizar el programa de Estudios y Gestión Cultural de la Universidad Ean, es cofundadora de la Corporación Cuerpos para la Reconciliación. En sus manos y las de su equipo de trabajo estuvo la planeación y la ejecución de Museo Efímero.
En palabras de esta Eanista de 28 años, el proyecto “es fundamentalmente un laboratorio de creación a través del cuerpo, de los sentimientos y de las emociones. La propuesta está centrada en la sensibilización de los niños con su entorno, con las relaciones que están construyendo con sus familias y con otros pequeños. Todo esto atravesado por una lógica de los sentidos del cuerpo´”.
En cuanto a la procedencia del nombre de este emotivo proyecto, Lucía explica que se pensó en una serie de encuentros, en donde al final se recogen algunos de los mejores procesos creativos que se dan durante el tiempo de trabajo y se hace una muestra –como ocurre en un museo–, luego se vincula a la comunidad y se le permite que recorra dicha exposición e interactúe como quiera. “El tema de lo efímero tiene que ver con la necesidad de que la experiencia vivida perdure no solo en el tiempo, sino en la memoria social y corporal”, añade la estudiante.
Lucía –quien además es bailarina profesional– hace especial énfasis en que el tema de reconciliación, promovido por la Corporación, no tiene que ver exclusivamente con el conflicto armado que ha sufrido Colombia, ni con los acuerdos de paz firmados recientemente. “Nuestra apuesta va más allá de la coyuntura política; la vida es un escenario para reconciliarnos permanentemente”, asevera.
La Universidad Ean ha sido promotora de esta iniciativa y, en días pasados, abrió un espacio en la agenda de eventos de la Institución para visibilizar Museo Efímero y animar a quienes quieren saber sobre él.
“Durante este proceso, en la Universidad Ean me he encontrado con personas valiosas y con profesores muy interesantes, que han apoyado un montón el proyecto y han sido interlocutores de mis ideas”, dice Lucía.
Esto apenas comienza
A finales del año pasado se llevó a cabo el último de estos encuentros en Cazucá. Ese día, como en las otras jornadas, los niños compartieron durante algunas horas y despidieron a Lucía y su equipo de Cuerpos para la Reconciliación.
Valentina Quintero, de 20 años, y quien colaboró en los talleres en Cazucá, señala que hablar de reconciliación y de conflicto con niños fue todo un reto. “Estos términos son algo abstractos, por eso quisimos abordarlos más desde los sentidos, desde lo que cada uno vive en su casa y su colegio”, dice.
Por su parte, Signa Schiavo-Campo, quien se ha desempeñado como coordinadora de Museo Efímero, dice que cada contexto enseña algo nuevo y debemos estar abiertos a ese aprendizaje. Esta italiana llegó a Colombia, hace dos años, para trabajar con niños y jóvenes de diferentes regiones del país.
Kinga Szemessy, otra de las voluntarias, viene de la Universidad de Teatro y Cine de Budapest. Para esta húngara, quien tiene estudios relacionados con antropología y danza, “el trabajo fue intenso en Cazucá; una cosa es planear las cosas y otra es llegar a enfrentarse a la vida real. Fue un proceso transformador”, dice.
Por su parte, algunas madres de los niños que hicieron parte del proceso agradecieron por abrir este espacio y por tener en cuenta a Cazucá.
“Actividades como esta hay muy pocas en el sector, hacen falta más. Es importante que el Gobierno nos colabore con la niñez. En estos talleres nuestros hijos han aprendido del cuidado del planeta, del otro y de ellos mismos”, señaló Elsa Yolima Vela.
Museo Efímero finalizó en Cazucá, pero continuará como un modelo aplicable a otras comunidades y a otros contextos.
Mujeres con determinación
Embodying Reconciliation - Cuerpos para la Reconciliación fue fundada el año pasado por Lucía Martínez y Diana Gutiérrez. La entidad, sin ánimo de lucro, enfoca su actividad en tres grandes asuntos: la sanación personal, la resiliencia colectiva, y la memoria y el patrimonio.
“Nos reunimos con el deseo de trabajar estos temas desde una metodología y un lenguaje de las artes. Ya veníamos realizando de manera informal algunas actividades, entonces quisimos darle suelo a todo eso y creamos Cuerpos para la Reconciliación”, afirma Lucía.
Desde entonces, decenas de personas se suman a cada proyecto como voluntarias o para hacer su práctica profesional; actualmente, cerca de 10 mujeres integran el equipo de trabajo, eso sí, todas con formaciones enfocadas en las ciencias sociales y las artes.
Lucía afirma que el hecho de que la Corporación esté conformada solo por mujeres es casualidad. “No es que estemos militando desde el feminismo (risas), pero sí resulta ser muy diciente este hecho; nos demuestra que tenemos una alta sensibilidad a este tipo de procesos y temáticas”, concluye la estudiante Eanista.
Para mayor información sobre la Corporación:
Correo: embodyingreconciliation@gmail.com
Página web: www.embodyingreconciliation.com
Celular: 301 332 2400
Chat
¡Chatea con E-Ann!
Atención en línea
Whatsapp