Invernadero Ean: un laboratorio para transformar la agricultura orgánica a partir del uso de la tecnología
Septiembre 10, 2021
La idea de suplir las necesidades alimenticias del restaurante de la Universidad Ean, con la que soñó la rectora Brigitte Baptiste, evolucionó para darle vida al Invernadero Ean, un laboratorio vivo en el que, además de obtener alimentos orgánicos, diversos y saludables, se buscan oportunidades para transformar las prácticas agrícolas a partir del uso de diferentes herramientas tecnológicas.
“En la Universidad Ean no tenemos fortaleza en temas agropecuarios, por ello el primer contacto que hicimos para desarrollar esta idea fue con la empresa Familia de la Tierra, dirigida por el experto empírico Jaime Aguirre. A partir de esta relación, se empezó a pensar en cómo involucrar más tecnología a los procesos agrícolas", explica Leonardo Rodríguez, gerente de Investigación y Transferencia.
Por su parte, Jaime Aguirre exalta la importancia de que la universidad se conecte con la realidad, en este caso, que se vive en el campo, para “salir un poco de la burbuja y encontrar la forma de aportar tecnologías y soluciones prácticas para el pequeño cultivador, a la medida de sus capacidades”.
Así, este invernadero, del que ya se han recolectado varias cosechas, propone a los eanistas conocer de cerca cómo funciona la agricultura urbana y las necesidades que se afrontan, para apelar a su creatividad en busca de ideas innovadoras que sean fáciles de implementar.
Hasta el momento, se han realizado salidas académicas a la finca de la Familia de la Tierra y talleres en los que los colaboradores y docentes conocieron los principios y los procesos que se llevan a cabo en el marco de la agricultura orgánica y cómo se pueden aplicar en el invernadero, un claro ejemplo de la integración de paradigmas de agricultura orgánica urbana y periurbana.
Al día de hoy, este invernadero ubicado en el canopy del edificio Fundadores es casi autónomo, tiene un sistema de energía solar y de riego semiautomático que se espera sea totalmente automatizado. Hay plantas de cebollín, papa, tatsoi, rúcula, lechuga, zanahoria, remolacha y plantas aromáticas como tomillo, hierbabuena y menta.
La idea es instalar sensores que permitan controlar aspectos fundamentales como la humedad, la temperatura y el crecimiento. Además, se destaca que la Universidad Ean acaba de firmar un acuerdo de investigación con la compañía Sylvania que permitirá instalar luminarias para controlar la exposición a la luz de las plantas.
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