Emprendedores sostenibles, protagonistas del posconflicto
La firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las Farc representa un reto enorme para la sociedad en su conjunto. Por lo mismo, una herramienta como el emprendimiento sostenible se vuelve esencial para capitalizar las oportunidades y enfrentar las dificultades derivadas de dicho acuerdo y, por ende, del posconflicto.
Citemos un ejemplo: el Gobierno ha suspendido las fumigaciones con glifosato debido a los efectos perjudiciales para la salud de las personas que podrían verse expuestas a él y a los daños provocados al medio ambiente por la aspersión. Se ha hecho evidente, por lo menos, una correlación entre esa medida y el aumento de los cultivos ilícitos en Colombia, lo cual representa una amenaza para la construcción de una paz estable y duradera. Pero la solución no debe ser retomar la fumigación con glifosato poniendo en riesgo la salud de las comunidades y el medio ambiente.
Entonces, el emprendimiento sostenible se presenta como una alternativa viable para abordar el problema. Varios emprendedores se encuentran en la búsqueda de un químico que pueda ser usado en la fumigación aérea de cultivos ilícitos, pero que no tenga los efectos adversos del glifosato. Quien sea exitoso en esa búsqueda no solo le hará una enorme contribución al país, sino que podrá ganarse un jugoso contrato.
“Varios emprendedores están en la búsqueda de un químico que pueda ser usado en la fumigación aérea de cultivos ilícitos, pero que no tenga los efectos adversos del glifosato”
Pero quizás el mayor reto para el país será reemplazar las economías ilegales. Por un lado, los cultivos ilícitos y la minería ilegal son las principales actividades “productivas” en muchos lugares del territorio nacional. Y, por el otro, las zonas que han abandonado las Farc se encuentran en un momento decisivo, ya que bien podrían ser cooptadas por grupos armados ilegales que continúen con esos negocios, o hallar una vía de desarrollo integral que interprete sus retos y necesidades. Para esta segunda opción, de nuevo, el emprendimiento sostenible resulta fundamental.
“Las zonas abandonadas por las Farc tienen la gran oportunidad de hallar una vía de desarrollo integral que interprete sus retos y necesidades”
Una iniciativa de este tipo es Comproagro, una aplicación que permite las transacciones directas entre los campesinos y el consumidor final, con lo cual se elimina la necesidad de los intermediarios. Así mismo, está Oro Legal, programa apoyado por USAID que, según la Agencia Nacional de Minería, busca formalizar más de 200 operaciones mineras artesanales y rehabilitar más de 11 mil hectáreas mediante la capacitación de 3.500 mineros en técnicas de minería responsable.
Sin duda, es necesario empoderar a las comunidades para que sean ellas el principal motor del emprendimiento sostenible, y garantizar las condiciones básicas necesarias para que sus proyectos sean viables. Sin vías de acceso, servicios públicos, seguridad y, en general, presencia estatal, no habrá emprendimiento que prospere.
En el país de Santander, donde se expiden quince decretos y cuatro normas al día, existe la tendencia a intentar solucionar todo a través de normas jurídicas. Sin embargo, en esta oportunidad, solo desde un enfoque de emprendimiento sostenible se podrán producir los cambios reales que transformen el país y lo introduzcan al Siglo XXI. Serán así los emprendedores, en lugar de los abogados, los grandes protagonistas del posconflicto.
