La cultura de la cancelación, ¿justicia pública o límite del derecho de expresión?
Daniela Ricaurte Londoño
Trafficker, Gestión de Comunicaciones y Publicidad - Universidad Ean
Marzo 18, 2022
Actualidad
Hoy en día es más que común escuchar la expresión “Estás cancelado” o “Eso va a hacer que lo cancelen” pero ¿qué significa realmente esto? ¿Cuáles son las implicaciones sociales, culturales y económicas de ser cancelado por una sociedad o un grupo de influencia? ¿Puede esto trascender fuera del internet?
Para nadie es un secreto que las redes sociales han adquirido un poder inigualable e incalculable. Hoy por hoy se cierran negocios de millones de dólares, se crean o potencian artistas y hasta hacen campaña política, sin embargo, la viralización de contenidos puede ser el mejor amigo o el peor de los enemigos para los integrantes del ecosistema digital, un error por pequeño que sea puede acabar con carreras que llevan años forjándose.
"¿qué implica “ser cancelado”? ¿Cuáles son las implicaciones legales y morales de esto? La cultura de la cancelación es un arma que se maneja en muchas ocasiones con la excusa de callar a los que, por su discurso, amenazan diversas libertades. Pero es que, además, paradójicamente, esta acción supone en sí misma una amenaza para la libertad de expresión en primer lugar y para cuestiones igual de graves, como es el derecho a la privacidad"
Para entender un poco este tema, es prudente tener el contexto de donde surge este tipo de castigo público, la cancelación se define como una práctica en la que un grupo de personas o usuarios de redes sociales retiran el apoyo a personajes públicos y, a veces, hasta a compañías luego de que estos cometieron un hecho considerado como ofensivo. Según el artículo de The New York Times “Everyone Is Canceled”, el uso de la palabra “canceled” tiene sus raíces en el Black Twitter, la red de usuarios de la comunidad negra en Estados Unidos, y esto se da gracias a dos factores que predominan en los casos de cancelación: el primero ya mencionado, la potencialización de las redes sociales y el auge del feminismo, específicamente el movimiento de #MeToo, la hiperconetectividad ha generado un constante sentimiento de cuestionamiento hacia todo lo que nos rodea y un odio generalizado hacia aquellos que no cumplen una conducta social deseada.
Para ejemplificar esto, tomemos el caso de Harvey Weinstein, el productor de cine fue acusado de acoso, agresión sexual y violación de más de 80 mujeres del mundo del entretenimiento, este escándalo le dio la vuelta al mundo, con millones de personas "cancelando" al productor y pidiendo justicia. ¿El resultado?, su compañía, The Weinstein Company, cayó en bancarrota, lo expulsaron de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, y deberá cumplir 23 años en prisión.
Otro caso bastante sonado fue el del famoso cantante colombiano, J Balvin, quien en más de una ocasión ha sido “cancelado”, el más sonado de estos ha sido cuando recibió críticas por no haberse pronunciado en un principio ante el paro nacional del 28 de abril de 2021, dada la influencia internacional del artista y la difícil situación por la que estaba pasando el país. Así mismo, tuvo que retirar de la plataforma YouTube el video de su canción ‘Perra’ por ser considerada por las personas como ‘sexista’ y ‘racista’. En los últimos días, el cantante también recibió una lluvia de críticas tras ser elegido como ‘Artista afrolatino del año’ en los Premios de entretenimiento africano de EE. UU, generando una caída significativa en las reproducciones de sus canciones y en su cantidad de seguidores.
Pero, ¿qué implica “ser cancelado”? ¿Cuáles son las implicaciones legales y morales de esto? La cultura de la cancelación es un arma que se maneja en muchas ocasiones con la excusa de callar a los que, por su discurso, amenazan diversas libertades. Pero es que, además, paradójicamente, esta acción supone en sí misma una amenaza para la libertad de expresión en primer lugar y para cuestiones igual de graves, como es el derecho a la privacidad.
El mensaje de todo esto, es que en la actualidad hay que tener cierto respeto y mucha cautela a la hora de publicar algo en redes o dar una opinión pública, la realidad en la que vivimos y la hiperconectividad han llevado a que la susceptibilidad de las personas sea cada vez más delicada, tenemos que protegernos y proteger a los demás.
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