Felicidad laboral: una cuestión cerebral
En una de las sesiones del seminario que imparto, Economía de la Felicidad, un grupo de estudiantes eanistas propuso ejercicios sencillos para que los asistentes identificáramos el hemisferio que domina nuestro cerebro: cruzar la pierna al sentarse y observar cuál se sobrepone a la otra, y pintar rayas verticales en 15 segundos con ambas manos y observar cuál es más veloz.
Averiguar ese dato a través de la motricidad es sencillo; los tests son cortos, entretenidos y se encuentran fácilmente en internet. Pero, lo más importante es que esta información podría ser reveladora a la hora de identificar habilidades, actividades y talentos naturales en los cuales somos más fuertes y tenemos mayor probabilidad de éxito; cultivarlos y desarrollarlos será clave para materializar deseos profesionales.
Como rasgos generales (pero no únicos), aquellos que tienen dominancia del hemisferio izquierdo son usualmente mejores para el pensamiento crítico y analítico, el aprendizaje de idiomas, la comprensión lectora y el razonamiento matemático. Por su parte, los del lado derecho suelen tener mayor talento para acciones creativas, son mejores para descifrar códigos, muestran mayor capacidad para la expresión de sus emociones, suelen leer mejor las de los demás y son más propensos al desarrollo de las artes y la innovación que frente a acciones de ciencia y lógica.
Y todo esto, ¿para qué? Remitámonos al bachiller académico en Colombia, un actor que sabe de todo y de nada después de sus extensos 11 años de permanencia en el sistema escolar, que ignora sus competencias naturales y, con ello, ve afectada su elección profesional, ampliando así las posibilidades de error en la toma de esta decisión. Tal vez los colegios y el Ministerio de Educación se encuentren en mora de conocer más a fondo las bondades cerebrales con las que contamos.
¡Otro sería el resultado si ese bachiller tuviera presente su dominancia en pro de decidir la carrera a cursar! Tal vez nos sorprendería la reducción en la tasa de deserción o nos asombraríamos con los resultados de las pruebas Saber Pro.
“Atender este campo puede ser la diferencia en el éxito de las organizaciones, al ser una de las llaves con las que se logre tener empresas más productivas, rentables e incluso con enfoques verdaderamente sostenibles".
Ahora bien, si el momento de decisión ya pasó, conocer este dato podría ayudarles a directivos, jefes y empleados a identificar esas áreas de la profesión en las cuales se tiene solvencia y gusto por los temas a trabajar. De esta manera, las personas podrían concluir si se sienten más cómodas en temas de innovación, finanzas, toma de decisiones, emprendimiento, elaboración de diagnósticos, desarrollo de las artes, enseñanza, etc.
De hecho, este es un tema que cobra aún mayor relevancia a nivel empresarial si entendemos que las organizaciones requieren de empleados comprometidos con su causa y dispuestos a entregar lo mejor de sí. Además, se evitaría caer en procesos de selección desgastantes para después contratar personal indiferente que no se involucra en los objetivos empresariales y que no entrega todo su potencial.
Atender este campo puede ser la diferencia en el éxito de las organizaciones, al ser una de las llaves con las que se logre tener empresas más productivas, rentables e incluso con enfoques verdaderamente sostenibles. Pero, más importante aún es saber que esta herramienta puede otorgar felicidad en el estudio a quienes eligen y seleccionan carreras y áreas alineadas con su talento natural para luego promover felicidad y satisfacción en el trabajo, un tema clave si no dejamos de lado que gran parte de la vida transcurre en el entorno laboral. Ya es bien sabido que trabajadores felices son innovadores, creativos, propositivos y más productivos.
La frase de Confucio que dice “Elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida” se ve lejana para los 4.684.576 colombianos que, según el Dane, se declaran insatisfechos con su trabajo porque consideran que sus competencias se desaprovechan. Sin embargo, el panorama puede mejorar si el sistema educativo, las personas y las empresas atienden a las dominancias de los hemisferios cerebrales, un tema a explorar con seriedad en busca de la felicidad profesional y, por qué no, personal.
