De Bogotá a Zurich: manejo de residuos y economía circular
José Alejandro Martínez S
Profesor asociado e investigador
Facultad de ingeniería
Universidad Ean
Enero 25, 2022
Sostenibilidad
Imaginémonos que estamos en el laboratorio de realidad virtual de la Universidad Ean y que gracias a esa tecnología podemos encontrarnos en medio de una de las calles de Zurich, Basilea o Lausana, en Suiza. Lo primero que podremos observar es una realidad distópica como la de las películas de los superhéroes que vemos en streaming o en cine: las vías y las aceras limpias, un gran sentido de respeto por el espacio público y, cada cierto bloque o número de cuadras, una unidad en la cual hay contenedores de diferentes colores, parecidos a las crayolas que usan los pequeños.
Sí, estamos conociendo el manejo de los residuos de un país que tiene un PIB superior en un 113 % respecto al de Colombia, pero que tiene seis veces menos población que nuestro país y una superficie 28 veces menor. Estas cifras nos hacen entender que las realidades pueden ser diferentes. Sin embargo, los objetivos del sistema pudiesen ser los mismos: dejar de producir residuos y empezar a gestionar recursos, sobre todo cuando son limitados, por cuenta de las condiciones propias de la geografía.
Esos contenedores de colores que vemos en Basilea o en Zúrich corresponden a la separación que todos los habitantes de la ciudad deben realizar, de acuerdo con las diferentes tipologías de los residuos: papel, cartón, vidrio y plásticos tipo PET, entre otros. Sí, lo que nosotros hacemos solo con tres bolsas de colores. Así mismo, encontraremos otros contenedores como los dedicados a recoger los residuos orgánicos que se destinarán para producir biogás y los de los desechos que no son aprovechables, por los cuales se debe pagar una cifra que es entre 7 y 20 veces más alta de lo que pagamos en Bogotá.
“Más de 20.000 personas dependen directamente para su supervivencia de la recuperación de residuos en Bogotá”
¿Y para qué ellos separan tanto? Para que cada línea de aprovechamiento pueda reincorporar los materiales a los procesos productivos o “ciclarlos” como dirían algunos. Eso se hace desde un sistema centralizado, en el cual los recursos económicos y técnicos del sistema son suficientes para el desarrollo de las actividades. Nosotros en Bogotá (y en Colombia) estamos comenzando una transición hacia la economía circular con el manejo de nuestros residuos, no obstante, hay que tener en cuenta que el camino es largo, que las características de nuestra sociedad son diferentes, que más de 20.000 personas dependen directamente para su supervivencia de la recuperación de residuos en Bogotá y que nuestras capacidades económicas son limitadas.
Así que lo que queda es echar mano de lo que tenemos en abundancia: creatividad e innovación. Todos, con un mismo objetivo común: hacer que los recursos no se pierdan, porque son limitados, podemos orientar nuestros esfuerzos en el día a día para seguir avanzando hacia la sostenibilidad en nuestro entorno. Separemos en las tres bolsas en nuestras casas, apoyemos a las organizaciones sociales de recuperadores de residuos, propongamos nuevas e innovadoras formas de aprovechar los recursos, seamos actores del #EmprendimientoSostenible en el manejo de los recursos, no de los residuos.
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