Al pensar en Independencia, la primera imagen que viene a la mente es la de figuras como Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, próceres de la patria por los cuales nos liberamos del yugo español y en cuyo honor se han erigido monumentos en todo el territorio nacional. Comúnmente se dice que el universo del heroísmo es exclusivo de los hombres, sin embargo, el papel de la mujer no debe ser invisibilizado, pues hubo varias mujeres que se emanciparon de los cánones sociales y contribuyeron a la Independencia de Colombia. En el periodo que precede a la independencia la mujer representaba una figura virtuosa, sin embargo, irrelevante. Las primeras mujeres retratadas pertenecían a instituciones religiosas, es decir, santas y vírgenes, así como damas de alta sociedad esposas de los próceres. Ahora bien, un grupo de mujeres obtuvo atención por su obra y relevancia en la escena independista, es por ello que exploramos un fragmento de la historia de la mujer en el arte y su importancia.
En una escala menor a la masculina, las mujeres también ganan una representación en el arte del siglo XIX gracias a su labor en la independencia, donde para entonces las obras de arte jugaban un papel importante que llegaba a sustituir la presencia de los personajes, para el bien de un orden político y para la consolidación de las nuevas repúblicas. A estas pinturas se les llamaba obras de registro heroico, es decir, daban plena connotación de la actividad triunfal en los procesos de batalla y de sus actores principales, que eran reconocidos mediante estas como un símbolo de lucha y poder ante el pueblo que los honraba y conmemoraba por medio de sus obras de arte. Los retratos de los próceres comenzaron a figurar en grandes fiestas cívicas como era la conmemoración de la independencia. Existía una lejanía geográfica con los puntos donde se libraban las batallas, por esto, la mayoría de los pintores de la época se enfocaban en los encargos del retrato o la religión. Sin embargo, sólo quienes tenían recursos económicos podían acceder a estos lujos.
En cuanto a las mujeres, la historia concluyó que algunas eran familiares de los retratistas y otras, mujeres de hombres ricos de la época, pero como ya lo hemos mencionado, su porción es mínima frente a la masculina. Por ello vienen a ser tan importantes las acciones y los retratos de mujeres como Policarpa Salavarrieta, quien fue pintada en varias ocasiones por José María Espinosa entre los años de 1855 y 1857. El artista de ese entonces era el emisor del mensaje, pero dependía económicamente de los encargos. Muchos de ellos pasaron tiempos difíciles y tuvieron que abandonar su labor para conseguir trabajos que fueran más estables para alimentar sus familias, pero quienes no perdieron la batalla propia y estaban relacionados con los gobernantes, lograron cada vez ser más destacados en su tiempo. Hasta el día de hoy se siguen conmemorando sus retratos como las grandes joyas que plasmaron las victorias y sus representantes. En este mes de la conmemoración de la indepencia, poder ver hacia atrás y descubrir que el artista ha estado ligado a la mayoría de los eventos y sucesos históricos y propios de nuestro entorno.
Su trabajo es importante y necesario ya que es la forma de contar historias, historias en donde la mujer tomó un papel reconocido y resaltó la fuerza y capacidad de ganar batallas y de creer en sus convicciones e ideales hasta la muerte. Mujeres que son ejemplo y orgullo de heroísmo femenino y quienes gracias a sus actos y a los artistas que les dieron vida, hoy recordamos como ejemplo de patriotismo y fortaleza. El arte que visibilizó todos aquellos rasgos, es una creación que logró representar a esta y muchas otras mujeres que merecen estar en esas pinturas. La memoria de la independencia se construyó a partir de las Heroínas y Héroes pintados por los grandes de la época. Hoy en día nos vemos en la necesidad de construir memoria sobre los aspectos revolucionarios que pueden generar cambios drásticos en nuestra sociedad. Con esto, nos damos cuenta de que es necesaria una lucha con ideales claros que construyan un mejor futuro para la sociedad, que generen transformaciones positivas en la conciencia de las personas logrando puntos de encuentro para discernir aquello que es más constructivo y que en esta lucha encontremos líderes, objetivos, héroes y heroínas, que logren hacer de este un mundo mejor para todos. Colombia ya tuvo su independencia, pero aún requiere que se den nuevas independencias que le permitan emanciparse de ideales que se mantienen y no le permiten avanzar.
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