La noche del sábado 25 de marzo Mónica Giraldo brilló en el escenario interpretando varias de sus composiciones en el teatro de la planta baja de compensar en la avenida 68. A lo largo de sus interpretaciones presentaba a sus acompañantes; Juan Sebastián Caicedo, baterista con quién ha compartido la pasión de la música e incluso la de ser padres. Juan Carlos victoria guitarrista, con quién comparte la misma madrina, Totola Momposina; cuenta Giraldo que se conocieron en el río Magdalena y cantaron mientras se balanceaban al ritmo del agua que los sostenía. Y Diego Valdés lleno de complicidad, quién le enseño a leer y mirar la poesía portuguesa; a través de él conoció poetas y personas que sienten el arte. Giraldo menciona que la vida necesita que nuestros corazones se eleven y encuentren un horizonte a dónde mirar. Mafalda Veiga compuso “todas las cosas” mientras le enseño que la vida es solo de paso y son momentos como el que se vivió el día viernes “que hacen vida”.
Cada una de sus canciones y composiciones tiene una razón de ser y antes de iniciar con su canto, ella le narraba a la audiencia cómo, cuándo, dónde y por qué; este acto permite que cada persona que la está escuchando conecte con la música y la letra. Además, sienta cada palabra que la artista está mencionando y se traslade de un lugar a otro.
Al final del evento tuvo un espacio para charlar con el público, responder algunas preguntas y hasta dar consejos a las personas que a penas están comenzando en el camino del arte. Esta conversación la comienza relatando sobre sus inicios y cómplices en el camino y resalta que viene de una familia musical, ha logrado una carrera exitosa gracias a que no ha renunciado a sus sueños y luchando cada día contra los obstáculos que se ha encontrado a lo largo del camino.
Giraldo cuenta que el arte es un desafío diario al cuál se le debe trabajar con constancia y los recursos necesarios (la guitarra y la voz) que incluso se vuelven motivación ya que son empujados gracias a la grandeza de la música que es el espejo del alma dónde se sintoniza con la vida. Sin dejar de lado que hay momentos llenos de soledad, de tristeza y de retos, pero explica que la música es más grande y permite llegar hasta la meta. Adicional, destaca el papel de Totola Momposina dentro de su carrera y cuenta que fue ella quién le enseño “el camino de los bailes cantados.”
Termino agradeciendo a cada uno de los asistentes por acompañarla y pronunciando la siguiente frase: “Que la música nos guíe, el baile nos lleve.
A continuación, un resumen del evento:
*Juliana Galeano es estudiante de Lenguas Modernas con énfasis en comunicación digital en la universidad Ean y periodista de Catarsis.
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