Hoy te voy a hablar de esta cárcel que me aprisiona,

Mi cuerpo, una prisión de carne que me consume,

No puedo escapar, estoy atrapada en esta piel,

La incertidumbre llama a mi puerta cada día,

Y aunque trato de ignorarla, me conduce a mí misma.

Soy un ser vagabundo, perdido en mis pensamientos,

El ardor quema dentro de mí, un fuego que no cesa,

Mi corazón palpita cual caballo en montaña,

No hay refugio, no hay salvación, solo la tormenta.

Soy esclava de mis impulsos, prisionera de mis emociones,

Pero al cederles, al dejarlos fluir, siento una libertad efímera,

Un momento de paz en la tormenta, un respiro en la lucha,

Pero la cárcel sigue ahí, esperando por mí, lista para aprisionarme de nuevo.

Y así sigo, en esta danza entre la libertad y la prisión,

Entre la luz y la oscuridad, entre la razón y la emoción,

Buscando una salida, una puerta que me lleve a la libertad, algo que ilumine el fondo.

Pero hasta entonces, seguiré siendo un ser vagabundo, prisionera de mí, esclava de mi"