Acercarse al “ser” del turista es una acción que se ubica
en dos dimensiones, una “él es” y la otra “yo-nosotros,
soy-somos”.
Entre las diversas conceptualizaciones y descripciones del turismo, se encuentra una que enfoca su mirada en la “acción de la relación humana” cuyo centro es el “sujeto humano”, quien en los diferentes tiempos turísticos y en el rol que actúe, va creando una compleja red de redes a través de la cual se hace evidente la presencia de un “soy” quien se ubica a partir de sus motivaciones y necesidades en sujeto de atención e interés.
¿Quién es el “soy”?...
el “Turista”, el protagonista de la acción y de la reacción a la acción. Él surge hace poco más de ciento setenta años cuando Thomas Cook un hombre religioso y abstemio, organiza un viaje de Leicester a Loughborough para un grupo de activistas abstemios; los resultados económicos y sociales de ese primer viaje lo motivan para organizar otros a lugares un poco más lejanos, Escocia y Londres. En 1855 da un gran paso, un viaje internacional, los lugares a conocer: Bélgica Francia y Alemania, ya en ese momento no viajaban con Thomas Cook activistas abstemios, viajaban personas que por la situación laboral y empresarial del reino obtenían excedentes monetarios que podían invertir en viajes. Pero ese público que ya podía viajar no era aceptado por algunas elites de la nobleza o de elites burguesas, consideraban que esos “privilegios” de viajar por placer y ocio solo eran para ellos y es con esa acción de Thomas Cook y un grupo poblacional en contra, que surge el “turista de hoy”.
Hoy, ese turista demanda sus privilegios, estos están concentrados en obtener placer, satisfacer una visibilización en su entorno y adquirir un estatus. Se podría afirmar que lo anterior seria lo relevante, pero no es así. En la actualidad ese “turista” viaja por la necesidad de tener vivencias en una existencia paralela, que lo van a llevar durante variados tiempos, situaciones y lugares a hacer algo que el sujeto humano desea y necesita hacer “catarsis”.
¿Quién es el “yo-nosotros”?
… el Destino Turístico, en la acción el “yo-nosotros” promueve y divulga imágenes y relatos construidas sobre mitos, leyenda, lugares, espacios y expresiones culturales que atraen y seducen al turista, descrito y conceptualizado este como un Ser con motivaciones que producen deseos y por ello construye sueños en los cuales vive situaciones profusamente idealizadas y que ha creado a partir de los mensajes del “yo-nosotros”.
Para la creación y promoción de imágenes e imaginarios, el destino turístico identifica, conoce re-conoce a partir de las apreciaciones y valoraciones de “otros” sus atractivos turísticos, denominación que congrega bienes naturales, objetos y hechos sociales. Es relevante destacar como muchos de los atractivos turísticos no tienen la denominación de Patrimonio natural o cultural, esto es muy interesante ya que muchos atractivos turísticos se constituyen como tales a partir del disfrute que otro tiene al participar y disfrutar en las actividades de una población local. Un ejemplo de lo anterior se tendría en Colombia con el restaurante “Andrés carne de res”, un establecimiento que adquirió reconocimiento en una sociedad local y posteriormente tuvo reconocimiento en la actividad turística y se incluyó en las ofertas como “atractivo turístico”.
El destino al recibir y hospedar a “otro”, también tiene vivencias en una existencia paralela, durante la cual en variados tiempos, situaciones y lugares de su territorio se conoce y se re- conoce, llevándolo a despojarse de estigmatizaciones, imágenes negativas y relatos que surgen a partir del mal estar de quienes lo habitan, por ello durante el tiempo turístico el destino también hace “catarsis”. Con un ejemplo se puede evidenciar esto. Hace aproximadamente veinte años, la ciudad de Bogotá hizo una catarsis. De ciudad fea, inhóspita, hostil, entre muchos otros calificativos paso a ser una ciudad “bonita”, acogedora, armoniosa, atributos que llevaron a hacer de ella un “destino turístico”, nadie había imaginado que a Bogotá se podía ir de vacaciones.
El tiempo turístico, es Catarsis
