“En ese entonces no se podía salir de noche, había que estar encerradas, nuestros cuerpos tenían que seguir las órdenes. En esa época los panfletos se escuchaban, pero muchas veces no se veían. “Mira que están entregando panfletos, tú tienes que tener cuidado”, decían, y yo, aunque a veces no los veía, siempre temía por mí, porque en esas listas donde a veces hablaban de maricas, lesbianas y otras, siempre me sentía incluida”. Este es uno de los primeros testimonios del informe “Nosotras resistimos” (2019) publicado por Caribe afirmativo, una organización que trabaja por el reconocimiento de los derechos, la diversidad sexual y las identidades de género en la costa caribe colombiana. En el informe se reúnen casos documentados desde los testimonios y las voces de estas personas que fueron perseguidas y violentadas por grupos armados, donde más allá que el conflicto, se encontraban atravesadas por por prejuicios que existen hacia las personas de la comunidad.
Los grupos paramilitares vieron en la violencia hacia las personas LGBTQ+ una oportunidad política y militar para afianzarse y legitimarse socialmente a partir de los prejuicios compartidos con las comunidades en contra de las personas de la comunidad, dilucidando niveles de complicidad social, o por lo menos complacencia, en la perpetración de estas violencias. Los paramilitares mantuvieron un modus operandi similar en los territorios estudiados. La selección de las víctimas de violencia sexual no fue aleatoria, dado que las expresiones e identidades de género y las orientaciones sexuales diversas fueron el punto de partida para perpetrar acosos, abusos y violaciones, incluso desde edades muy tempranas como en casos donde un niño o niña, a través de sus expresiones de género, transgredía el orden que pretendían imponer. Sin embargo, las personas de esta comunidad podrían ser reconocidas por mirar más allá de lo sucedido y buscar sanar esa herida que les deja el conflicto, la homofobia y el repudio de la sociedad misma por medio del arte.
El arte ayuda a recuperarse a sanar y a expresar lo que se ha vivido, Jhon Gómez artista plástico, es una de las víctima del conflicto armado perteneciente a la comunidad LGBTQ+, quien sufrió varios tipos de violencia sexual y discriminación. Jhon se define como un “sobreviviente del conflicto armado y un hombre reconstruido”. Gómez expresa que ser víctima de tantos abusos lo convirtieron en un constante “paciente de esos centros de salud mental, que tomaba nueve pastillas diarias y tenía que internarme para recibir terapias de sueño ya que el dolor no me dejaba dormir”. Tras buscar ayuda profesional psicosocial con la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, Jhon Jairo entendió que “a los hombres también nos violan, pero que yo no soy culpable de ser ni sentir diferente para que me gritaran mariquita desde muy joven y con la recuperación emocional empecé a reconstruirme de tantas violencias. Me sacó del hueco donde estaba”.
Tomado de https://www.unidadvictimas.gov.co
Jhon Jairo Gómez resurgió a través de la pintura y la escritura, sus primeros dibujos en óleo sobre lienzo eran grises y “retrataban la masacre de Segovia, escenas con armas, violencia y siluetas de hombres derrotados y solitarios, el ser oscuro en que me había vuelto”. El periodista de unidad para las víctimas, Juan Carlos Monroy, resalta que el artista la mayoría de sus días transcurren escribiendo y pintando lienzos en un taller que improvisó en su casa ubicada en el barrio Buenos Aires de Medellín. Tras varios años viviendo allí sacó su primer libro titulado Valió la Pena, “es una historia de resiliencia y de sanación gracias a la reparación como víctima de un ser humano que pensó que nunca iba a salir de la oscuridad que le dejaron las cicatrices de las violencias que sufrió”.
Ese talento artístico le permitió resurgir y, a través de los años, se convirtió en un proyecto de vida, ya que actualmente sus pinturas le han generado ganancias económicas que en un principio lo había contemplado. En uno de sus cuadros expuesto durante un taller Construyendo País en Medellín, Gómez narró que “es el resultado de mi recuperación emocional y la reparación que me salvó del suicidio y ahora soy un artista empírico y un hombre en reconstrucción”.
Puede conocer más cifras e historias de las victimas en unidadvictimas.gov.co
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