El barbero demoniaco de la calle Fleet es un filme de ilustración visual en un estilo gótico de época victoriana en Londres que explora diversos aspectos del ser humano como los pecados capitales y los deseos de venganza. Mas allá de la diferente trama social y ser una película de asesinatos, la película planta diversos estereotipos de la sociedad en su respectivo momento como por ejemplo rasgos distintivos de profesiones que se encuentran en el mundo actual. Muchos “clichés” en la película construyen una cinta de representaciones sociales propias del género del terror, la profundidad de los personajes y su analogía la convierten en una marginación social.

Los estereotipos que se evidencian en la película son estereotipos de conflictos internos en su mayoría, los dilemas que presentan como nuestro protagonista Sweeney Todd, un hombre consumido por el dolor y la injusticia lo que lleva a una obsesión de venganza. Este personaje se puede reducir como “demente vengativo” que no conduce a una solución más allá de la violencia, mostrando así una estigmatización de las enfermedades mentales y limitación del personaje. Por otra parte, los estereotipos de jerarquía como el Juez Turpin quien tiene el poder sobre las clases y su influencia política lo lleva a ser egocéntrico y abusivo. Así mismo sucede con personajes de escasos recursos como Anthony y Toby Ragg que son personajes transformados por la opresión e injusticia social. Todo puede parecer predecible y aún más cuando se trata la violencia como saluda a los problemas psicológicos individuales y colectivos.

A modo de cierre, el barbero diabólico de Fleet Street no sólo es una historia de terror y represalia, sino que también una crítica a la dinámica social de su época.  A través de sus personajes y estereotipos, nos invita a reflexionar sobre lo complejo que es el ser humano   demostrando cómo el sufrimiento y la injusticia pueden convertir a las personas en versiones totalmente distintas de sí mismas. Aunque algunos componentes puedan parecer cliché, la forma en la que se relacionan, revela verdades inquietantes sobre la esencia humana y la sociedad. Finalmente, experimentamos malestar y recordamos que cada acto de violencia esconde una historia de dolor e impotencia que debe ser descubierta.

*Esta nota fue elaborada por Julian David Castillo Castillo, Laura Nicole Morales Paez, Juan Pablo Nova Escobar, Esteban Rojas Pedraza, estudiantes de Lenguas Modernas, en la unidad de estudio Lengua y redacción española.