2024, ¡con pena y con gloria!

"La vida no es dejar que pase la tormenta. Es aprender a bailar bajo la lluvia".
— Vivian Greene, (1905 - 2003).

Cierra los ojos e imagina que hoy es martes 31 de diciembre de 2024, te ves con dicha de celebrar, enviando mensajes y abrazos cargados de energía, con una sonrisa desbordada porque este año, ¡pasaste con pena y con gloria! Sí que pasó con pena: con desafíos, esfuerzos, reveses; pero también, –y con orgullo lo piensas– ¡con gloria!: con logros, victorias, crecimiento. El 2024 será recordado por los anaqueles de tu historia personal, como un año en el que tomaste la decisión de expandir tu capacidad personal a niveles que no sabías que podías; te atreviste a soñar, lo que no habías soñado e inspiraste a otros a hacerlo. Ejerciste intencionalmente el poder que tienes sobre tu vida y la vida de los demás. Pero no fue fácil, la verdad, no lo fue.

No hay gloria sin pena. Un deportista de élite dedica un 87 % de su tiempo a entrenarse, mientras que el 13 % restante es competencia. Diseñan su vida entera en función del reto que se fijaron, lo que les requiere un entrenamiento riguroso, alimentación balanceada, descanso suficiente, evaluación y formación permanentes. La pena se trata de enfocar la acción, desde la definición de quiénes debemos ser para lograr lo que queremos lograr. Si quieres llevar tu perfil profesional a otro nivel, tendrás que elevar tus habilidades, subir el nivel del idioma extranjero, conseguir los recursos financieros; si quieres aumentar la contribución de tu empresa en el negocio de tus clientes, tendrás que preguntarte qué resuelves mejor que tu competencia, si tus clientes lo perciben y hacer lo que haga falta; si quieres bajar esos kilitos demás, tendrás que comprometerte con organizar tu tiempo, ser intencional en el ejercicio que disfrutas y comer saludable.

La diferencia la hace tomar el control de nuestro tiempo, orientar nuestras decisiones y precisar el foco de nuestra atención y energía. Nos exige, sí o sí, salir de la aburrida zona cómoda, vulnerarnos para pedir ayuda y reconocer que no sabemos, equivocarnos y volver a empezar otra vez, sacar cosas de nuestra mochila que ya no necesitamos y ocupar ese espacio con nuevos aprendizajes; pasar más tiempo con personas que van por lo mismo que nosotros y nos enseñan de sus experiencias; huir de la carreta y correr a la acción. ¡Wow! ¿Es en serio? Nadie dijo que iba a ser fácil, son retos. Y un reto es un objetivo difícil de llevar a cabo, que constituye, por ello, un estímulo y un desafío para quien lo afronta. Si fuera fácil no sería reto, o sería un reto muy pequeño para tus talentos, dones y habilidades únicas.

¿Qué tal si en este inicio de año tomas un espacio y diseñas tu hoja de ruta 2024? Define quién vas a ser en este nuevo año, en qué retos te vas a enfocar y qué acciones te conducirán a superar esos desafíos. Si te gusta dibujar, maravilloso; si eres más de excel, súper; si prefieres contar la historia de tu año mes a mes, fantástico. No importa el recurso que utilices, hazlo visual, sácalo de tu mente –ahí es donde se quedan atrapados los sueños–, y ponlo en un lugar que mires permanentemente, necesitas visualizarlo, y a lo largo de los días vas a ir ajustando y aterrizando tu recorrido. ¡Imagínate, es el plan del capítulo Año 2024 del libro de tu vida! ¿Quieres ponerle un título? “2024, ¿atreverse o miedo?”, “2024, ¡ténganse que aquí voy!”, “2024, ¡con pena y con gloria!”. El elemento clave es el seguimiento riguroso que hagas de tu hoja de ruta, puedes destinar un día de cada mes para revisar qué ha pasado, qué avances has tenido y qué ajustes necesita tu plan. Recuerda que tu hoja de Ruta es dinámica y la escribes cada minuto de tu vida, no esperes al 31 de diciembre para evaluarla.

Este año es año de pasar, con pena y con gloria, ¿te atreves a empezar ahora?