El Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) se consolida una vez más como un epicentro cultural vibrante al estrenar tres exposiciones que al entablar un diálogo profundo con las realidades sociales, políticas y culturales de América Latina traen al panorama artístico bogotano nuevas perspectivas de arte moderno. Como ya lo ha hecho en ocasiones previas a la vanguardia de los contextos sociales actuales que conectan en gran medida con los públicos actuales.
En el segundo piso del museo podemos encontrar "Postura y Geometría en la Era de la Autocracia Tropical", una muestra disruptiva del artista Alexander Apóstol que aborda las identidades nacionales relacionadas con la sexualidad y el género. A través de su trabajo, Apóstol explora de manera crítica los roles de género y nuestra relación con la sociedad industrializada que busca generar una reflexión sobre los procesos estéticos de una construcción política desde el individuo.
En el tercer piso se encuentra "El pasado nunca muere. No es ni siquiera pasado" del aclamado artista latinoamericano Carlos Castro Arias. En esta exposición, Castro deconstruye los iconos de la colonización mediante intervenciones con arte indígena, el cual genera un poderoso diálogo entre el pasado y presente. Una de las piezas emblemáticas es la estatua de Cristóbal Colón, intervenida con patrones formados por chaquiras que inmediatamente asociamos con comunidades indígenas, las cuales cubren parte de su cuerpo. Esta obra, previamente aclamada en ArtBo, pone en tensión las figuras, ídolos y referentes que en diferentes épocas han moldeado la narrativa de la nación y nuestras narrativas en torno a la conquista de América. El título de la exposición, inspirado en la célebre cita de William Faulkner, es relevante para la obra de Castro Arias, refiriéndose a cómo los eventos, luchas, simbologías y traumas del pasado siguen ejerciendo una influencia indeleble en el presente.
Finalmente, el primer piso, "Cronofilia" rinde homenaje al maestro venezolano Carlos Cruz-Diez, internacionalmente reconocido por sus exploraciones experimentales con la luz, el color y el espacio. La exposición celebra la relación que Cruz-Diez inició con el MAMBO en 1975 y resalta las colecciones privadas colombianas que alojan su obra. Sus piezas cautivadoras invitan al espectador a sumergirse en interacciones cromáticas dinámicas que toman lugar en el plano, el espacio y la retina, las cuales ponen a prueba la percepción visual de los espectadores y su interacción con los espacios y la luz.
Esta nueva muestra inaugural del MAMBO estará disponible hasta el 9 de junio del 2024, en la cual ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en estas experiencias artísticas. El costo de entrada es de $16.000 pesos para público general y $12.000 para estudiantes. Los jueves de 6 a 9 p.m. se realizan jornadas gratuitas con charlas y guías en las exposiciones, además de la agenda de charlas y eventos que manejan cada mes, que permiten profundizar en estas propuestas y participar en experiencias artísticas vigentes.
*Luna Herrera es estudiante de Gestión Cultural y periodista de Catarsis.
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