Desde la sostenibilidad, hasta la logística: la experiencia de los conciertos en Bogotá

Música
Por
Tatiana Soriano y Laura Sofía Hernández
Septiembre 24, 2022 Comparte

Colombia ha gozado de ser escenario de diversos artistas y bandas que promueven prácticas sostenibles en sus conciertos. Por ejemplo, la gira de carbono neutro Gracias Totales de Soda Stereo en 2020, el uso de energías renovables para abastecer equipos como ocurrió en el reciente concierto de Coldplay, donar parte de las ganancias a causas sociales y ambientales; otros como el Festival Cordillera, un festival que celebra la música en español y la sostenibilidad, siembran un árbol por cada transacción de boletería que se realice.  

En junio de 2021, el Centro Tyndall para el Cambio Climático público la hoja de ruta de música en vivo por petición de la banda inglesa Massive Attack es un llamado para toda la industria de la música. Ofrece un análisis de los principios que la industria deber replantearse en la producción de giras y espectáculos. Algunas de las propuestas son: cambiar los suministros de energía a fuentes renovables, usar baterías limpias para el almacenamiento de energía, optar por viajes con bajas emisiones de carbono a conciertos y festivales de personas y equipo, capacitar al personal del evento para ejecutar y generar operaciones sostenibles, introducir opciones de comida vegana para los asistentes y en el servicio de catering, elegir suministros locales, esto último implica adoptar el desarrollo y la promoción de modelos «plug and play» para estandarizar equipos y facilitar su adaptación.  

Por otro lado, ahora que Bogotá se ha convertido en una parada obligatoria para artistas de talla internacional en Latinoamérica, grandes empresas como Ocesa y Páramo Presenta están organizando gran cantidad de conciertos donde, en algunos casos, lastimosamente hay fallas en la logística. No es suficiente con asegurar pautas de sostenibilidad en sus procesos si no van a ofrecer una experiencia segura y placentera para los consumidores de la industria musical en Bogotá.  

 

Los conciertos organizados el pasado fin de semana por Ocesa, Coldplay y Dua Lipa, dejaron mucho que desear a sus asistentes. Por eso, hablamos con las estudiantes de la universidad Natalia Gómez, Michell García y Alejandra Herrera, quienes tuvieron la oportunidad de ir al concierto y así fueron sus experiencias:

Compra de boletas 

Las páginas habilitadas para la compra tuvieron un funcionamiento deficiente, “para el de Coldplay fue todo un dilema porque la página se caía cada minuto, decía "boletería agotada" y de repente se liberaban boletas. Literalmente el que alcanzaba a comprar boleta tenía suerte”. De la misma forma, la pasarela de pagos no daba abasto para todas las personas que estaban tratando de adquirir sus boletas. Se dieron casos donde la página “se caía seguido y les hacían descuentos de la cuenta, pero no aparecía la compra de las boletas en e-ticket”. 

Fila y entrada 

En ambos conciertos, la logística de la entrada no solo fue caótica, sino que también puso en peligro la integridad física de los asistentes. Para ambos conciertos, se registraron filas desde la madrugada o incluso días anteriores, algo que la empresa de logística supuestamente debía evitar.  

Hay ciertas normas que 911 debió tratar de evitar en vez de incentivar como no correr o al menos habilitar baños suficientes para todas las personas que estaban ahí.  

Natalia, una de las asistentes, vivió así la experiencia: “Con respecto al concierto de Coldplay sí tengo mucho que decir, porque desde que llegué al lugar todo se veía desastroso. Llegamos a las 6:00 pm a hacer fila y la cantidad de gente que había era impresionante, durante dos horas no se movió más de 10 pasos, no alcancé a ver a Mabiland, ni a Camila Cabello. Me sentí frustrada porque la logística estaba pésima. Además, con el ritmo de la fila sentí que al final tendría que escuchar a Coldplay fuera del Campín. Sin embargo, treinta minutos antes de la presentación de Coldplay, la gente empezó a correr hacia la entrada. Muchos se cayeron, se colaron, e incluso botaban sus pertenencias. Al cruzar por el primer y único filtro, logística ni siquiera leyó las boletas, no nos requisaron, ni recibimos manillas o botellas de agua y la gente seguía corriendo por las escaleras.” 

Sensación de peligro 

Como se pudo evidenciar antes, hubo situaciones que afectaron el desarrollo normal del evento más que todo antes de ingresar a los recintos. Teniendo en cuenta que el primer concierto que se presentó fue el de Coldplay, allí se vieron más hechos que pusieron en peligro real la vida de sus asistentes. Afortunadamente, pudieron corregirlo para el concierto de Dua Lipa.  

Michell tuvo que ver como “mucha gente se colaba y aprovechan para robar, además que el proceso de requisa no fue tan bueno y las personas podían entrar cualquier cosa”. Natalia también nos explicó que la entrada fue la peor parte de su experiencia, ya que “en peligro en el concierto de Coldplay cuando nos hicieron correr a todos hacia la entrada de El Campín, cualquier persona podía caerse o incluso robarnos la boleta” 

A su vez, se presentó esta lamentable experiencia de otra estudiante de la universidad, “yo iba con una niña de 15 años, estábamos haciendo la fila para entrar a Norte Alta y de repente todos empezaron a correr. Como 5 personas le pasaron por encima, estaba golpeada y con sangre en las rodillas y tobillos”. 

Vista 

A diferencia de lo anterior, en términos de vista y sonido, se evidenció un deterioro total en el concierto de Dua Lipa, donde solo los que estaban en platino pudieron disfrutar el show. Como Natalia pudo hacer la comparación entre los dos conciertos, llegó a la conclusión de que “para el evento de Dua Lipa el sonido estaba muy bajo y no alcancé a verla en ningún momento, ni siquiera a través de las pantallas. Mientras que para el de Coldplay el sonido y la vista hicieron que toda la espera valiera la pena.” 

La verdad es que la mayoría de los asistentes al concierto afirmaron que “el escenario de Dua Lipa estaba muy bajito para los que estábamos en general de la mitad hacia atrás, la mayoría termino viendo el concierto por los celulares de la gente”, como dijo Michell. 

Salida 

Por último, el retirarse de los espacios no fue tarea fácil. Michell nos comentó que “al igual que la entrada, la salida fue un desastre, había que pasar por las filas, lo que hacía que se prolongará mucho más la salida”. 

Natalia tuvo una experiencia similar, “en ambos eventos la salida fue desastrosa. Todos estábamos apretados, en un tumulto de gente moviéndose en direcciones diferentes, no había señalización ni alguien de logística indicando la salida para mejorar el flujo de gente”. 

 

En una entrevista con W Radio, la vocera de Ocesa Colombia, Ángela Castro, respondió a los cuestionamientos que se vieron en las redes sociales. Ella explicó que el recinto de Dua Lipa terminó siendo ese por falta de tiempo para habilitar El Campín después de los conciertos de Coldplay, y a su vez por la falta de espacio en otros lugares como el Movistar Arena o el Coliseo Live. También mencionó que hicieron “una valoración exacta de todos los temas, de autoridades y demás, y cumplimos a cabalidad, incluso más allá de todo lo que se exige. Cada quién habla de cómo le fue”. Sin embargo, afirmó que van a tomar en cuenta todas las experiencias para mejorar sus labores en logística.  

Respecto a la apuesta de sostenibilidad de la banda, Abigail Rivera asesora de la estrategia de sostenibilidad de Ocesa comento con satisfacción “Esta es la primera gira totalmente sostenible que se hace en la región”, la productora apoya las decisiones de la banda para marcar un precedente. Entre las iniciativas que desarrolla Ocesa y espera que sean modelo para otras productoras está trabajar de la mano con investigadores, expertos ambientales e instituciones que orienten a la transformación de la industria musical para mitigar los acelerados efectos del cambio climático. Además, los artistas tienen potencial de comunicar e invitar a más personas a transformar sus acciones.  

 


Tatiana Soriano es periodista de Catarsis y estudiante de Estudios y gestión cultural con énfasis en Comunicación digital y Laura Sofía Hernández es estudiante de Lenguas modernas y Comunicación en la Universidad Ean. 

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