La generación que confía su vida al internet

Qué buenas lecciones de vida estamos recibiendo de la generación de los millennial, unos jovencitos que comparten y viven la vida confiando en personas que nunca han conocido. 

Se alojan en el sofá o en el cuarto de huéspedes de la casa de un desconocido, luego de que este les entregue las llaves de entrada a la vivienda y las claves del wifi, y hasta usan sus cosas personales sin ningún inconveniente. 

La confianza. Ese es el centro de todo esto que nos enseña esta generación; es increíble, creen y confían en personas de las cuales apenas saben su nombre. ¿Por qué ocurre esto?, ¿qué pasa con el aquel discurso en el que les decimos a nuestros hijos que no deben confiar en desconocidos? 

Algunos dicen que se trata de la ‘economía colaborativa’, ‘consumo colaborativo’ o las denominadas empresas colaborativas, que se fundamentan en compartir bienes y servicios con desconocidos, con los que se ha entablado un contacto online. 

Simplemente, es un intercambio de bienes y servicios que unos tienen y otros necesitan y que se gestionan por medio de plataformas tecnológicas donde la confianza es clave para que todo fluya.

Pero, ¿cómo se mide esa confianza?, ¿cómo se llega al punto de prestar, incluso, un sofá a un desconocido?

Se trata de un tipo de confianza mediada por la tecnología y que sube o baja dependiendo de los likes, comentarios y evaluaciones en línea que tiene cada empresa colaborativa de parte de sus usuarios o clientes. 

Me propuse hacer un ejercicio con algunos de los grupos de WhatsApp que tengo con mi familia, amigos y colegas, sobre la percepción de empresas colaborativas como Airbnb y Uber, por tomar dos casos de este tipo. En una escala de 1 a 10, les pedí evaluar su confianza hacia esos servicios.

Los resultados: 7,8 para Uber y 7,7 para Airbnb. Es decir, en este simple ejercicio, se revela un buen nivel de confianza hacia los dos servicios. 

Independientemente del entorno económico y legal en que se desenvuelven este tipo de empresas, hay que agradecerle a la generación de los millennial el estar enseñándonos a ser más abiertos hacia el mundo y tener experiencias más significativas con diferentes culturas. 

Estos jóvenes nos muestran cómo convierten sus celulares en controles remotos con multiplicidad de funciones que mejoran sus experiencias de vida: encuentran las rutas para ir de un lado a otro; reservan hoteles y apartamentos para alojarse en cualquier parte del mundo; piden domicilios a cualquier restaurante; buscan la patineta con la que llegarán al trabajo, traducen cientos de palabras en otros idiomas; se contactan con el historiador que en cada ciudad les explica la  cultura local, y hasta pagan sus cuentas. 

¡Gracias por ese gran ejemplo de confianza en la comunidad! Los millennial son una generación de emprendedores que quiere ser mucho más que una marca; van mucho más allá del ego del individuo para crecer como empresas colaborativas basadas en la confianza de todos.